El primer paso.

El Primer Paso dice: Admitimos que éramos impotentes ante nuestra adicción y que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables

La dificultad que esto representa es doble, por un lado se nos pide la aceptación de que una substancia o comportamiento “nos la ganó” y nos complicó la vida! Y nos pide un cambio radical con esa substancia o comportamiento.

Que una actividad nos derrote, implica que somos “derrotables”! Eso es un golpe para nuestra propia autoimagen comúnmente llamada el ego. Esto cuestiona mucho de lo que ha sido nuestra vida hasta el momento en que iniciamos un camino para recuperarnos, implica un elemento significativo de humildad y por encima de todo, de honestidad, agachar la cabeza, no teníamos todo bajo control, perdimos el control. Somos falibles y distamos de la perfección.

Esta reflexión es un buen comienzo para sanar todo lo que está roto dentro de nosotros.