Despídase de las máscaras.

A veces no es muy claro cuando nuestro consumo se convirtió en un problema, pero un indicador clarísimo era que comenzamos a llevar una doble vida, ahora quizás tenemos un consumo socialmente aceptable delante de la gente cercana y un consumo oculto y más compulsivo al alejarnos o escondernos de ellos. Escondemos nuestro consumo de la familia, de nuestros compañeros de estudio o de trabajo, en el templo u otros entornos sociales... Es decir, manejamos múltiples máscaras!

Despojarse de las mascaras al inicio de nuestra recuperación produce una fantástica sensación de ligereza al andar!